Las obras estaban bastante avanzadas y lo que había que hacer por la tarde podía dejarse para el día siguiente, así que el capataz mandó a todos a casa se puso a recogerlo todo. Se disponía a marcharse cuando vió a un soldador despistado por allí, fue a avisarlo y para su sorpresa le agarró el paquete. Cuando se quitó la máscara aún quedó más sorprendido, pero gratamente, era una chica y parecía que tenía ganas de fiesta. Superado el susto inicial y ya que no había nadie por allí, no pudo negarse a darle lo que pedía y se la folló allí mismo.

0 Comments:

Post a Comment