Tras haber escuchado por la noche los gemidos de placer de su madre, Dakoda Brookes se levantó calentita, con ganas de recibir lo mismo. Ya antes de desayunar empezó a juguetear con Scott, intentando seducirlo. Cuando su madre salió a hacer unas compras, ella aprovechó para hacer la colada y poniendo la excusa de que la lavadora no funcionaba, llamó a Scott. Él ya no pudo resistir la visión de su tierno coñito y le dió a Dakoda lo que estaba deseando.

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