Los sueños y fantasías de Katja Kassin están salpicados de vicio y perversión. Vestida de prisionera, Katja se ve sometida a los sucios deseos de dos guardianes que con sus porras van a darle duro. Ella, sin embargo, lo acepta gustosa, disfrutando de metérselas hasta la garganta, gozando de cada embestida en sus dos agujeritos, gimiendo como loca cuando los dos la penetran a la vez.

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