Tiffany Keys acudía periódicamente al dentista para una revisión, pero hacía un par de años que no iba. Desde que era una adolescente había fantaseado con él y aquella tarde estaba dispuesta a tentarlo. Cuando le dijó que había descubierto una caries y que tendría que arreglarlo, ella encontró la excusa perfecta. No había tenido nunca ninguna y estaba nerviosa. Con sus piernas abiertas sobre el sillón, enseñándole sus blancas e impolutas braguitas, Tiffany le invitó a relajarla, revisando su intranquilo chochito.

0 Comments:

Post a Comment